Definitivamente, cambiar el mundo no puede reducirse a un método de nueve pasos, especialmente cuando somos conscientes de la complejidad que implica. Sin embargo, este enfoque simplificado me ha servido como una brújula en medio del caos. Es un intento imperfecto —pero útil— para colaborar con personas y organizaciones que cuentan con recursos que yo no tengo, con el propósito de alcanzar un sueño compartido y generar beneficios mutuos mientras resolvemos juntos un desafío colectivo.

Me disculpo si este “libro dinámico” aún parece inacabado. De hecho, lo es. Este método sigue en proceso de validación y, como todo lo que está vivo, irá cambiando con el tiempo, al ritmo de quienes lo ponen en práctica.

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¿Por qué presentarlo si aún no está listo? Porque soy consecuencia de mis propias ideas:
“Hay que darle forma al sueño borroso” (Paso 9), y “soñar y hacer” (Paso 1) es la única forma de volverlo realidad.

Vamos por tu sueño. Y en el camino, cambiemos el mundo juntos.